martes, 28 de junio de 2016

¿CHICO O CHICA?

Eran ya sobre las 3 de la mañana. La discoteca estaba cada vez más abarrotada y yo cada vez más borracho. Los 2 chupitos que me acababa de tomar, unido a los 4 cubatas que me tome en el pub de debajo de mi casa, me estaban empezando a hacer efecto.

Me senté en uno de los sillones de la discoteca cuando la vi, al fondo, en la pista de baile. Su contoneo y movimientos, como las llamas en una hoguera de San Juan, me llamaron la atención.

Cuanto más la miraba, más me repetía: “¿Será chico o chica?”.

Me levante, con la excusa de bailar, para observarla mejor. Era una persona alta, con un cuello largo como el de una garza. Su pelo era corto y rubio eléctrico. Tenía unos ojos grandes, una nariz fina y una mandíbula prominente. Si llevaba maquillaje, era imperceptible. Su ropa era de un estilo ochentero. Pantalones de campana y camisa blanca.

Después de un rato bailando, encontré la solución. Era tan simple que creo que no caí antes por lo beodo que estaba. Me arme de valor (ayudado en parte por el último Gin Tonic) y me acerque.

- Hola, llevo un rato mirándote y me he fijado que bailas muy bien.
- Gracias (su voz no revelaba nada).
- ¿Cómo te llamas?
- Cris.

Mierda. Cris no le decía nada. Podía ser Cristina o Cristobal.

- ¿Cristina?
- Cris a secas.

No sé si volvió a hablar el alcohol o la descomunal curiosidad.

- Perdona mi indiscreción, pero, ¿Eres chica o chico?
- Cris se quedó mirando un rato, y luego rio.
- Descúbrelo tú.

Hice amago de agarrarle la entrepierna. Cris me esquivo y me pego una bofetada.

- ¡Ay!, ¿Por qué me pegas?
- ¡Has intentado meterme mano!
- Dijiste que lo descubriese yo.
- ¿Crees que mi entrepierna determina si soy chico o chica?

Dude un momento. Esa pregunta, a esas horas de la noche, me estaba quemando los cortocircuitos.

- ¿No?
- Pues no. Anda vamos a bailar un rato.

Bailamos durante 15 minutos o 1 hora, quién sabe. Movía sus caderas al compás de la música, con un ritmo hipnótico.

El DJ puso una canción lenta, sinónimo de que en poco tiempo cerrarían el local. Cris y yo nos abrazamos, movidos por la balada que sonaba. Al rato, me susurro al oído:

- ¿Has descubierto ya si soy chico o chica?
- No…
- ¿Quieres saberlo?
- No.

Nos besamos. Estuvimos así un rato.


     - Vamos al baño.

Fuimos al baño y me sentó en el retrete. Me bajo los pantalones y me la empezó a chupar. Merced al calentón previo, dure unos pocos minutos. Se limpió, me beso y se marchó, dejándome allí, recuperándome de todo lo acontecido esa noche. 

Nunca sabré si era chico o chica, lo que si se es que me hizo la mejor felación de mi vida.

3 comentarios:

  1. En prosa, también me sorprendes y me gustas, Marcos. Muy bueno! Insisto, no dejes de escribir! Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. En prosa, también me sorprendes y me gustas, Marcos. Muy bueno! Insisto, no dejes de escribir! Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dedicado al colectivo LGTB (intentando abarcar las máximas iniciales que he podido) y al gran maestro del realismo sucio: Charles Bukowski.

      Eliminar